«¡Quiero estudiar videojuegos!»
«¡Quiero estudiar videojuegos!»
En este período de fin de año escolar, estoy seguro que más de algún joven ha hecho esta declaración, ya sea a sus padres, familiares o amigos.
En muchos casos, el o la joven lleva años soñando con crear videojuegos «cuando sea grande», mientras que en otros casos la idea es más reciente y, tal vez, influenciada por algún amigo cercano que también quiere seguir ese camino.
Durante los últimos años, tuve la oportunidad de conversar en varias ocasiones con jóvenes, o incluso adultos ya profesionales, que tenían esta inquietud. Todos querían mucho estudiar videojuegos y hablaban del tema con gran entusiasmo y pasión.
Pero la mayoría, si no todos, estaban también llenos de dudas y temores y no tienen muy claro cuáles eran los pasos que debían dar para conseguir su objetivo. Preguntas nada fáciles y que reflejaban grandes ansiedades.
«¿Es posible estudiar videojuegos?»
«¿Se puede hacer carrera y vivir del desarrollo de videojuegos?»
«¿Se puede estudiar y luego trabajar en Chile o hay que emigrar al extranjero?»
«¿Qué carreras se imparten que preparen buenos profesionales?»
«¿Hay puestos de trabajo o tendré que comenzar mi propia empresa cuando termine de estudiar?»
Afortunadamente, sí es posible estudiar videojuegos y luego trabajar y vivir del desarrollo. También es posible estudiar y luego trabajar en Chile, aunque salir al extranjero sigue siendo una opción válida. Y sí hay puestos de trabajo, pero no son muchos, por lo que no hay que cerrarse a la opción de seguir el camino del emprendimiento.
Sin embargo, aunque son todas respuestas afirmativas, el camino no es nada fácil. Desde el principio, es necesario sortear algunos obstáculos.
Los eternos prejuicios
El primer obstáculo con el que la mayoría choca violentamente es «la gran montaña de los prejuicios». Cuando tienen la valentía de declarar que quieren estudiar videojuegos, reciben respuestas bastante desalentadoras:
«¿Qué locura es esa de que quieres estudiar videojuegos?»
«¿Quieres seguir jugando todo el día?»
«¿Estudiar videojuegos? ¿Es una broma?»
«¿Y cómo piensas mantener a tu futura familia?»
«¡Estudia una profesión de verdad y después hablamos de videojuegos!»
«¿Por qué no mejor vas a un casino y botas ahí todo mi dinero?»
Actualmente, la industria de los videojuegos es la más rentable de todas las industrias de entretenimiento a nivel mundial, superando al cine y a la música. Es, además, la que ha tenido el crecimiento sostenido más fuerte en las últimas décadas, tanto en niveles de producción como en cantidad de profesionales, tanto en Chile como a nivel global.
No obstante, muchos siguen creyendo que hacer videojuegos es perder el tiempo y arrojar el dinero por la ventana.
Los familiares más conservadores sienten que es una industria «poco seria». Los padres aspiran a que sus retoños tengan profesiones «de verdad» como ingeniero, médico, arquitecto o abogado, mientras que los amigos tildan de «locura» la idea de una carrera en videojuegos.
Sin ir más lejos, Carlos Bordeu, uno de los próceres de la industria en Chile, relataba en una entrevista con Papá Game Dev (lee acá la entrevista) que tuvo que enfrentar un escenario similar en el seno de su propia familia cuando él y sus hermanos declararon que querían seguir tal camino profesional.
Lo peor es que, en muchos casos, las presiones familiares y sociales consiguen disuadir al joven de perseguir su sueño, y lo convencen de estudiar otra carrera que no lo motiva en absoluto.
Por eso, mi recomendación es que, además de armarse de valor e intentar ignorar la presión, hay que entrar en contacto lo antes posible con los círculos de desarrolladores, ya sea grupos en Facebook o foros de desarrollo.
Por ejemplo, es una buena idea asistir a Meetups de grupos de desarrollo, que son eventos periódicos (generalmente mensuales) en los que se reúnen profesionales y amateurs para conversar y presentar temas que les motivan e interesan.
Un ejemplo es Game Dev Santiago (link al sitio web), cuya última reunión fue la semana recién pasada. También se realiza Game Dev Concepción (link al próximo evento) y he escuchado de grupos que se juntan en otras ciudades, pero aún no tengo los datos concretos (si buscas grupos en tu ciudad o región, me puedes enviar un mensaje y puedo tratar de ayudarte)
Estas instancias le darán al joven soñador la posibilidad de sentir la pasión de los que ya están en la industria y también de conocer experiencias de éxito reales, todo lo cual lo ayudará a fortalecer su pasión y reafirmar su convicción por seguir este camino.
Expectativas e idealizaciones
El segundo obstáculo que enfrentan los jóvenes soñadores son sus propias idealizaciones y, a veces muy equivocadas, expectativas.
Hay quienes quieren estudiar videojuegos porque les gusta mucho jugar videojuegos, lo cual es un tremendo error. Es como querer ser escritor sólo porque disfrutas leyendo buenos libros, o querer ser rockero sólo porque disfrutas escuchando buen rock.
Para seguir una carrera profesional y vivir del desarrollo de videojuegos, no hay que ser bueno jugando videojuegos (aunque es un plus, por supuesto, si no que hay que disfrutar (y ser bueno) construyéndolos.
Por una parte, se requiere una preparación técnica que dista mucho de «pasar todo el día jugando» (otro prejuicio muy común). También se necesita una tremenda capacidad de adaptación y de aprender rápido, pues esta industria evoluciona constantemente y todos los profesionales tenemos que estar actualizando nuestros conocimientos periódicamente.
Y más importante todavía, se necesita paciencia y una gran tolerancia a la frustración, algo que no es muy común en las nuevas generaciones.
La industria de los videojuegos se ha vuelto muy competitiva e incluso algunos productos de gran calidad fracasan comercialmente simplemente porque no consiguen suficiente visibilidad. Esto, por supuesto, resulta extremadamente frustrante y provoca que muchos profesionales se aburran y finalmente emigren a otras industrias.
«¿Y cómo puedo saber, antes de entrar a estudiar, si realmente disfrutaré o si soy bueno desarrollando videojuegos?»
Hay varias maneras, pero la más fácil es simplemente probar. Se pueden descargar decenas de herramientas gratuitas y seguir alguno de los miles de tutoriales disponibles en línea que enseñan lo básico de cómo hacer un videojuego.
Estas son algunas de las herramientas más populares que están disponibles para ser descargadas gratuitamente:
- Game Maker: muy fácil para empezar haciendo juegos simples (link al sitio web)
- Construct: muy buena para hacer juegos en dos dimensiones (link al sitio web)
- Unity 3D: una herramienta más completa, aunque también más difícil de dominar (link al sitio web)
- Unreal Engine: también una herramienta muy poderosa que también es bastante más compleja (link al sitio web)
Si un joven no es capaz de disfrutar siguiendo un tutorial o usando alguna de las herramientas más simples, difícilmente será un buen profesional en el futuro.
Un mar de disciplinas
«Quiero estudiar videojuegos porque tengo una idea de un juego increíble que va a revolucionar la industria»
Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que he escuchado una frase como esta. Tener una gran idea es sólo un pequeño primer paso y, lamentablemente, no tiene casi ningún valor en la práctica.
Lo que hace que un videojuego sea un tremendo éxito o un rotundo fracaso es su ejecución. Puede ser una idea muy convencional, incluso repetida, pero si está bien ejecutada puede ser un tremendo hit a nivel mundial.
Y esta ejecución, es decir, la producción y desarrollo de cada una de sus partes es realizada por un grupo de profesionales de distintas disciplinas que juntos, como equipo, llevan a cabo este desarrollo.
Por ser una industria relativamente nueva, hay bastante desconocimiento de cuáles son las disciplinas involucradas. Muchos piensan que todos los que hacemos videojuegos estudiamos «algo relacionado con computación». Evidentemente, todos los videojuegos son aplicaciones computacionales, pero son muchas las disciplinas profesionales que intervienen en la creación de un videojuego.
He aquí una lista general y simplificada de las disciplinas involucradas y algunas de las «sub-especialidades» relacionadas con cada una:
- Artista de Videojuegos: Dibujantes, modeladores 3d, artistas conceptuales, ilustradores, diseñadores gráficos, animadores digitales, …
- Diseñador de Videojuegos: Diseñadores de niveles, diseñadores de mecánicas de juego, diseñadores de la economía del juego, …
- Programador de Videojuegos: Programadores de mecánicas de juego, programadores de sistemas, programadores de redes, programadores de herramientas, ingenieros …
- Sonidista de Videojuegos: Compositores, diseñadores de sonidos, …
- Control de calidad de Videojuegos: Aseguradores de calidad, testers (quien prueban los juegos y reportan los fallos), …
- Jefe de Proyectos de Videojuegos: Jefes de proyecto, líderes de equipos, productores, …
La tercera dificultad que el joven soñador tiene, entonces, es decidirse por alguna de las disciplinas anteriores para así poder elegir qué carrera estudiar. El problema es que incluso siguiendo tutoriales y experimentando por sí mismos, a veces no es tan fácil decidirse por alguno de los caminos.
Mi recomendación, en este caso, es participar en Game Jams que son eventos donde un grupo de entusiastas y algunos profesionales se reunen en un lugar, forman pequeños grupos y desarrollan videojuegos durante 24 ó 48 horas sin parar. El más popular es el Global Game Jam, cuya próxima versión se realizará a fines de Enero próximo.
Son experiencias muy intensas que no requieren preparación ni conocimientos previos, y resultan ideales para conocer lo que es el desarrollo práctico de videojuegos y las disciplinas involucradas. Además, la mayoría de las veces cuentan con tutores que tienen experiencia como desarrolladores y que guían a los grupos en cada fase del proceso, lo que es de gran ayuda para los más inexpertos.
¿Qué programa de estudios escoger?
Imaginemos que el joven soñador consiguió sortear los obstáculos descritos anteriormente:
- Fue a varios Meetups y reafirmó su pasión y voluntad de volverse un profesional del desarrollo de videojuegos.
- Siguió algunos tutoriales y pudo comprobar que se siente cómodo y disfruta desarrollando videojuegos muy simples.
- Participó en un gamejam y se dio cuenta de cuál era la disciplina que más le gusta y que quiere ejercer en la industria.
Sin embargo, aún le queda una decisión importante que tomar: cómo y dónde obtener los conocimientos y la experiencia necesarios para poder volverse un profesional.
La verdad es que hay cientos de alternativas, pero en general se pueden clasificar en tres grupos:
- Estudiar una carrera «tradicional», es decir, que no tenga contenidos específicos de videojuegos y luego aprender los tópicos específicos de videojuegos en un programa complementario (como un diplomado) o directamente en la práctica, participando en proyectos y siendo autodidacta.
- Estudiar una carrera específica de videojuegos que entregue desde el principio los conocimientos concretos de la disciplina que se quiera desarrollar.
- Ser completamente autodidacta y no seguir ninguna carrera, una opción válida pero bastante más arriesgada.
Dejaré para un próximo artículo los detalles de estas tres opciones, sus ventajas y desventajas, y mis recomendaciones al respecto, pues siento que es un tema que vale la pena abordar con mayor profundidad.
Además, planeo crear una guía con una lista de los programas de estudios específicos de videojuegos (cursos, diplomados, carreras técnicas y profesionales) disponibles en Chile, enunciando el enfoque de cada uno y cualquier otro detalle que pueda ayudar a tomar una decisión. Para esto, los invito a que me compartan cualquier información relacionada que tengan, para que así la guía sea lo más completa posible.
¡Hasta la próxima!
Juan Pablo crea videojuegos desde los ocho años y fue padre por primera vez el año 2004. Hoy ya tiene tres hijos y ha trabajado en más de veinte videojuegos. Desde hace un tiempo se interesó en cómo se relacionan la paternidad y su profesión, y se decidió a escribir al respecto fundando "Papa Game Dev".
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Comentarios
Muy buen artículo, aunque discrepo un poco con el cierre donde dice que el autodidacta es el que mayor riesgo asume. En mi opinión, dependiendo de la especialidad, la opción #2 puede ser la de mayor riesgo. Sin entrar mucho en detalle, si analizamos el panorama presente de nuestra pequeña industria, la gran mayoría de los profesionales tienen o estudios tradicionales o son autodidactas. La opción menos “probada” es la de tomar una carrera dedicada. Supongo que veremos los resultados de esa opción cuando las primeras generaciones empiecen a recibirse, pero sigo convencido que una persona muy motivada y bien enfocada tiene igual de buenas chances de llegar a ser profesional si toma el camino autodidacta.
Entiendo tu punto, tal vez fue muy liviana mi aseveración de que es la opción más arriesgada. De todas maneras, cuando profundice en el tema en el próximo artículo yo creo que va a quedar más claro cuales son los pro y los contras que pienso que tiene cada uno, y ahí cada persona podrá evaluar qué siente que es o no más arriesgado. ¡Mil gracias por tu aporte!